Una hora ,tres minutos para los 45…
21 de septiembre, 22:58, 2012
En medio de una revolución silenciosa
Reclamo mis palabras no enunciadas, mi derecho a opinar y a contagiar al mundo de mi ser expresivo, de mis líneas dibujadas, de los contornos que encierran, de los hilos (negros) que me la vivo descubriendo
sigo la trama que teje todo lo vivo del mundo, mis ojos impacientes, nerviosos recorren las huellas congeladas de las banquetas de cemento, de las veredas en el campo, de las telarañas nunca completas entre las plantas, de las palabras entrecortadas de un cartel callejero,
el polvo de la vida en el tronco del árbol que levanta la acera
¿Cómo empezar? Así y sin ningún pretexto aparente,
no es el aburrimiento ni el estupor condición que me orilla a sacudirme de mi vieja piel, de la muda que ya me pica… me mueve el deseo de volver a sentir el titilar de la vida, el vértigo de estar sólo ante un mundo complejo, el privilegio de percibir el olor profundo de la tierra, de brincar de un archipiélago imaginario a otro
Abro un mapa olvidado y trato de remontar un camino… constelaciones…estancias…etapas…momentos…memoria…cuadernos
pinceles, plumillas, barnices, papel de algodón y fieltro, lámina pesada y astillas de cedro, cera de abeja y hojalata, trasluz, cortes y goma laca
plata sobre gelatina, padre que fue, terreno patrimonio imaginario, genealogía congelada
Olor a tinta, offset, edición limitada, golpe tipográfico, facsímil
Estanquillo de la infancia, nostalgia de mis sentidos exaltados, siempre la misma, obsesiva, desmemoriada
Cuarenta minutos para cerrar este estadio transitorio a un nuevo ser que yo invento y olvido
Quiero leer a Kafka para embriagarme de las obsesiones de otro
Cerrar un libro
Sacar la cabeza por una ventana
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